(léase el capitulo dos primeramente: http://lapalmeranegra.blogspot.com.es/2012/05/capitulo-dos.html
).
RELATO CORTO
Capitulo tres. Ella y el.
Para Carlos era una noche de trabajo y para Patricia era una
noche de fiesta. Lo típico para cada uno de ellos. Ella irá al pub donde él
trabaja para gastar dinero y él irá al pub donde ella disfruta gastando pasta.
Carlos empezó a servir copas y su cabeza paró un poco de
pensar lo que llevaba un tiempo analizando. La noche seguía transcurriendo y
cada vez que pasaba una chica que encajaba en su protocolo se imaginaba con ella
en su casa, haciendo el amor y despertándose por la mañana solo.
Nuestra Lucia entro en el pub. Ya era un poco tarde pero se habían
retrasado al prepararse y tener que recoger a su amiga. Estaban vestidas con la
ropa que habían comprado esa misma tarde en el centro comercial, traje corto
ajustado de infarto conminado con unos buenos catones. De la amiga no voy a
describir su vestuario porque recuerden que ella siempre pasaba desapercibida
cuando iba con Lucia y lo mismo le pasó a Carlos. Las dos amigas fueron
directamente a la barra a pedir algo y
aunque la amiga comenzó hablando para pedir dos mojitos, al ver que solo miraba
a Lucia, paró y comenzó a pedir los mismo la amiga guapa repitiendo el pedido.
No sé molestó lo mas mínimo, estaba acostumbrada.
Mientras Carlos machacaba las limas y la hierbabuena, ponía un
poco de azúcar, añadía un poco de agua con gas, hielo picado, ron blanco y una decoración
bastante currada con la que demostrar que esa copa costaba dieciocho euros
pensaba en Lucia y sabía que era una candidata más que factible. Después de
tantos años ya sabía si una chica accedería a irse con él a su casa, si era
primero de tomar un café o si simplemente era una calienta po (pitodo). A demás,
ya podría escribir un libro de lo que significaba cada mirada y cada expresión corporal
en lo que a lagoteo se refiere.
Normalmente hubiera atacado sin más miramientos: “localización
de chica guapa, mirada, sonrisa, invitación a copa, ¿te apetece tomarte la
ultima en mi casa?, pequeña conversación casi de guión y coito.” Sabía
perfectamente lo que tenía que hacer y los tres primeros pasos ya los había dado.
Se sentía bastante extraño al no tener la iniciativa de ir a por ella como un
depredador en plena sabana. No supo muy bien si por instinto o por inercia la
invito a la segunda copa cuando volvió a pedir la siguiente. Le encantaba que
las chicas guapas le pidieran mojitos porque mientras lo preparaba la daba
tiempo de camelárselas y de prácticamente cerrar la operación.
Antes de que pusiera la ultima sombrillita decorativa ya habían
quedado a la hora de la salida tomar la “última copa” en su casa. Y la hora
llegó y la amiga se tuvo que ir sola en un taxi como tantas noches y ella fue a
la casa del camarero como era más que habitual, y él pensaba y pensaba como
nunca lo había hecho.
Al llegar a la casa, sacó dos cervezas de la nevera.
Normalmente elaboraba algún coctel que las impresionara pero esta noche tenía
solo la mente en un cosa.
Ya en el sofá ella hizo ademán de besarlo mirando fijamente
su boca y acercándose casi inapreciablemente mientras cerraba los ojos. El
aceptó esa la oferta con descuento e hizo lo mismo pero mantenido los ojos bien
abiertos. La miraba con extrañeza mientras se besaban, como intentando penetrar
con la mirada su cabeza. El la apartó con suavidad y le comentó si le podía preguntar
una cosa antes de seguir.
-
- ¿Me llamarás mañana?.
-
- ¿Qué?
-
- ¿Por qué no me llamarás mañana?
-
- ¿Todavía no ha acabado la noche y piensas ya en
el mañana?
-
- Me refiero a si me ves como novio, si me podrías
ver como al más serio o no.
-
- Claro, ¿porque no?. Eres un chico muy guapo.
Carlos se levanto del sofá y en su cara se podía apreciar
cierto mal humor.
-
- ¿Ahora te enfadas?
-
- Será mejor que te vayas, esta noche no puedo
hacer nada. No creo que seas mi tipo, no creo que ninguna chica como tú sea mi
tipo a partir de ahora.
- -
¿Qué, me dices que me vayas?, ¿tú de qué vas?. ¿qué
no soy tu tipo?. Serás... ¿quién coño te crees que eres?. Claro que no te llamaría
mañana, claro que no serias mi novio, claro que ni se me pasaría por la cabeza
presentarle a mis padres a un simple camarero. Eres un pasatiempo de fin de semana
y ahora te has dado cuenta. ¿Crees que puedo ser novia de un chico que
seguramente no tenga ni el bachillerato hecho?
Lucia empezó a reírse, más que por la gracia que le hiciera
esa situación, por el hecho de hacerle sentir lo más mal que pudiera. En ese
momento de rabia, Carlos se acercó, la levanto del sofá y mientras la zarandeaba
le pedía que se callara mientras ella seguía riéndose a carcajadas. La empujó
con fuerza, la hizo tropezar con la pata de una silla y al caer se dio en la
cabeza con una mesa con el filo de mármol.
No podía dejar de mirar a esa chica con el charco de sangre,
no podía dejar de pensar que estaba muerta, no podía dejar de pensar que podría
ir a la cárcel, pero sobre todo, no podía dejar de pensar porque no podría ser
novio de una chica así.
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