domingo, 27 de mayo de 2012

Capítulo tres





(léase el capitulo dos primeramente: http://lapalmeranegra.blogspot.com.es/2012/05/capitulo-dos.html ).

RELATO CORTO
 
Capitulo tres. Ella y el.

Para Carlos era una noche de trabajo y para Patricia era una noche de fiesta. Lo típico para cada uno de ellos. Ella irá al pub donde él trabaja para gastar dinero y él irá al pub donde ella disfruta gastando pasta. 

Carlos empezó a servir copas y su cabeza paró un poco de pensar lo que llevaba un tiempo analizando. La noche seguía transcurriendo y cada vez que pasaba una chica que encajaba en su protocolo se imaginaba con ella en su casa, haciendo el amor y despertándose por la mañana solo. 

Nuestra Lucia entro en el pub. Ya era un poco tarde pero se habían retrasado al prepararse y tener que recoger a su amiga. Estaban vestidas con la ropa que habían comprado esa misma tarde en el centro comercial, traje corto ajustado de infarto conminado con unos buenos catones. De la amiga no voy a describir su vestuario porque recuerden que ella siempre pasaba desapercibida cuando iba con Lucia y lo mismo le pasó a Carlos. Las dos amigas fueron directamente a la barra  a pedir algo y aunque la amiga comenzó hablando para pedir dos mojitos, al ver que solo miraba a Lucia, paró y comenzó a pedir los mismo la amiga guapa repitiendo el pedido. No sé molestó lo mas mínimo, estaba acostumbrada. 

Mientras Carlos machacaba las limas y la hierbabuena, ponía un poco de azúcar, añadía un poco de agua con gas, hielo picado, ron blanco y una decoración bastante currada con la que demostrar que esa copa costaba dieciocho euros pensaba en Lucia y sabía que era una candidata más que factible. Después de tantos años ya sabía si una chica accedería a irse con él a su casa, si era primero de tomar un café o si simplemente era una calienta po (pitodo). A demás, ya podría escribir un libro de lo que significaba cada mirada y cada expresión corporal en lo que a lagoteo se refiere. 

Normalmente hubiera atacado sin más miramientos: “localización de chica guapa, mirada, sonrisa, invitación a copa, ¿te apetece tomarte la ultima en mi casa?, pequeña conversación casi de guión y coito.” Sabía perfectamente lo que tenía que hacer y los tres primeros pasos ya los había dado. Se sentía bastante extraño al no tener la iniciativa de ir a por ella como un depredador en plena sabana. No supo muy bien si por instinto o por inercia la invito a la segunda copa cuando volvió a pedir la siguiente. Le encantaba que las chicas guapas le pidieran mojitos porque mientras lo preparaba la daba tiempo de camelárselas y de prácticamente cerrar la operación. 

Antes de que pusiera la ultima sombrillita decorativa ya habían quedado a la hora de la salida tomar la “última copa” en su casa. Y la hora llegó y la amiga se tuvo que ir sola en un taxi como tantas noches y ella fue a la casa del camarero como era más que habitual, y él pensaba y pensaba como nunca lo había hecho. 

Al llegar a la casa, sacó dos cervezas de la nevera. Normalmente elaboraba algún coctel que las impresionara pero esta noche tenía solo la mente en un cosa. 

Ya en el sofá ella hizo ademán de besarlo mirando fijamente su boca y acercándose casi inapreciablemente mientras cerraba los ojos. El aceptó esa la oferta con descuento e hizo lo mismo pero mantenido los ojos bien abiertos. La miraba con extrañeza mientras se besaban, como intentando penetrar con la mirada su cabeza. El la apartó con suavidad y le comentó si le podía preguntar una cosa antes de seguir.
-          - ¿Me llamarás mañana?.
-          - ¿Qué?
-          - ¿Por qué no me llamarás mañana?
-          - ¿Todavía no ha acabado la noche y piensas ya en el mañana?
-          - Me refiero a si me ves como novio, si me podrías ver como al más serio o no.
-          - Claro, ¿porque no?. Eres un chico muy guapo. 

Carlos se levanto del sofá y en su cara se podía apreciar cierto mal humor.
-          - ¿Ahora te enfadas?
-          - Será mejor que te vayas, esta noche no puedo hacer nada. No creo que seas mi tipo, no creo que ninguna chica como tú sea mi tipo a partir de ahora.
-         -  ¿Qué, me dices que me vayas?, ¿tú de qué vas?. ¿qué no soy tu tipo?. Serás... ¿quién coño te crees que eres?. Claro que no te llamaría mañana, claro que no serias mi novio, claro que ni se me pasaría por la cabeza presentarle a mis padres a un simple camarero. Eres un pasatiempo de fin de semana y ahora te has dado cuenta. ¿Crees que puedo ser novia de un chico que seguramente no tenga ni el bachillerato hecho?

Lucia empezó a reírse, más que por la gracia que le hiciera esa situación, por el hecho de hacerle sentir lo más mal que pudiera. En ese momento de rabia, Carlos se acercó, la levanto del sofá y mientras la zarandeaba le pedía que se callara mientras ella seguía riéndose a carcajadas. La empujó con fuerza, la hizo tropezar con la pata de una silla y al caer se dio en la cabeza con una mesa con el filo de mármol.

No podía dejar de mirar a esa chica con el charco de sangre, no podía dejar de pensar que estaba muerta, no podía dejar de pensar que podría ir a la cárcel, pero sobre todo, no podía dejar de pensar porque no podría ser novio de una chica así.

sábado, 19 de mayo de 2012

Capítulo dos



RELATO CORTO

Capitulo dos. El. 

Carlos estaba en una etapa reflexiva, había cumplido los treinta y en ese momento hizo un análisis de su vida, de lo que tenia, de lo que había hecho, en definitiva, de quien era. Había trabajado desde los veinte en un pub de esos donde las copas te cuestan quince euros y hay un ambiente de sofisticación y pijerio elevado al cuadrado. Su trabajo no le  disgustaba, le serbia para ganar un sueldo decente y para estar con una chica diferente casi cada fin de semana. El protocolo era simple: localización de chica guapa, mirada, sonrisa, invitación a copa, ¿te apetece tomarte la ultima en mi casa?, pequeña conversación casi de guión y coito. Esa era la agenda de fin de semana. 

A veces vivimos nuestras vidas sin analizar demasiado lo que pasa y por qué pasa, simplemente avanzamos sin mirar atrás. A nuestro protagonista le dio por mirar por el retrovisor de la vida y estudiar ese protocolo de fin de semana. Mas que el protocolo, analizó  el post-protocolo. Después de la última fase:“coito”, el protocolo se cerraba. Él no llamaba y a él tampoco le llamaban, como mucho se repetía alguna otra vez, pero ahí acababa y eso es lo que estaba examinando, el  porqué no había sentido un interés real de ninguna de aquellas chicas. Estaba claro que el nunca había dado un paso para que alguna de esas mujeres se convirtiera en algo mas o por lo menos intentarlo. Pero también era cierto que nunca había notado el interés de ellas hacia el de ser algo más.
¿Qué es lo que pasa?, ¿no soy lo suficiente para ellas?, ¿me ven algún defecto?, ¿soy simplemente un objeto sexual?, se preguntaba. Cuestiones que ni por asomo pensó en formularse algún día.

Todas las chicas que habían pasado por él, correspondían a un patrón bastante concreto: chicas guapas, buenos cuerpos, jóvenes y mucho dinero. Le daba vueltas al hecho de estar siempre con ese tipo de chicas y si ese era el problema. Muchas veces veía a alguna de esas chicas que habían pasado con él alguna noche pasadas unas semanas en el local con algún chico, y esa situación se repetía en el tiempo dando a entender que eran novios. Nunca le había prestado atención a ese hecho hasta ahora. Se preguntaba porque esos chicos si formaban parte de la vida de esas chicas y él solo fue un simple momento para ellas.

Esta noche era noche de trabajo y por primera vez en mucho tiempo no tenía muy claro si quiera que acabara como el resto de las noches.

(continuará...)

sábado, 12 de mayo de 2012

Capitulo uno.


RELATO CORTO

Capitulo uno. Ella.


Se sentía bien cuando lo veía, le proporcionaba una falsa sensación de seguridad como el que tiene en la cuenta bancaria un buen numero de ceros. Le gustaba revisarlo, ordenarlo, guardar y tirar cosas de él. Se encontraba mucho más a gusto que con muchas de sus amigas. Y ahí estaba Lucia, contemplando su armario con un pequeño esbozo de sonrisa mientras decida que ropa se pondría hoy para ir a comprar más, que zapatos se pondría para ir a comprar otros y que complementos le conjugaban para ir a por mas. Muchas veces lo utilizaba como el yonki usa una aguja, simplemente era un pequeño chute de felicidad transitoria que sabía que pasaría al día siguiente pero que era incapaz de evitar. Ni mucho menos veía algo malo en eso, todo lo contario, sentía que tenía todo el derecho del mundo a estar perfecta y a gastar lo que tuviera que gastar para estar “divina de la muerte”. En los momentos que peor lo pasaba mas utilizaba estaba válvula de escape. Cuando sus padres se separaron fue una época de muchas compras compulsivas y cuando aprendió a sacar partido a ese divorcio mucho mas. Los padres optaron por la solución de dar dinero para que veas que te quiero más que el otro. Ella los quería a las dos, a las dos carteras. El dinero puede tener muchas procedencias pero siempre tiene el mismo color. 

Su móvil sonó:
    -  Hola Patri, ¿cómo estás?.
    -  Estupenda. No sé que ponerme... ¿tú qué vas a llevar?.
    -  Ay, pues no se tía. Estoy igual que tú. Necesito comprar urgentemente ropa, no tengo nada. ¿Dónde quedamos?.
    -  En la puerta del centro comercial a las cuatro en punto ¿no?.
    -  Es verdad, lo había olvidado. Vale, no llegues tarde que te conozco.
    -  (risas). Si yo también te conozco a ti. Bueno cariño, hasta después. Un besito.

Tenía diferentes amigas para diferentes momentos. Patricia era la amiga del área de compras/fiestas. Era suficientemente guapa y tenia buen gusto. Y  eso es lo que le gustaba a Lucia, que fuera lo “suficientemente” atractiva pero sin llegar a sobrepasarla. No soportaba que un chico le entrara a alguna chica del grupo sin haberlo intentado primero con ella. 

El día anterior había hecho el tour del dinero. Un ruta guiada por los trabajos de sus padres. Cuando quería pedir dinero nunca iba a las casas, prefería ir a sus trabajos. Era mucho más fácil sacarles dinero en medio del ajetreo del trabajo. Abrir la cartera, sacar billetes y decirle que ahora estaban muy ocupado y que no podía atenderla. Era perfecto, obtenía dinero y encima hacia que se sintieran culpables por no poder dedicarle tiempo con lo que siempre acababa con mucho más dinero en sus manos. 

Los buenos colegios le dieron una buena educación aunque todavía no había encontrado ilusión por nada en especial. Ahora estaba en su año sabático a la espera de descubrir su verdadera vocación y de vivir un poco. Les había prometido a sus padres que después de ese año aceptaría cualquier enchufe bien pagado.

(continuara...)

domingo, 6 de mayo de 2012

Cortocircuito



Estaba en un tranvía o autobús o metro o  no lo recuerdo o a lo mejor no importa. En el trayecto veo esta situación. (Para no inventar nombre llamare A y B a las dos personas implicadas). A y B frente a frente.

- A : Hola....

B pasa olímpicamente.
- A: Vaya preciosidad¡¡

B gira la cabeza y parte de su cuerpo hacia unos de los lados.
- A: Te comería todo. Si tú me dejaras lo haríamos hasta el amanecer.

B se pone los casos de su iPod y pulsa play. Sube el volumen. A sigue hablando aunque ahora para B solo sea una escena de una mala serie de televisión cuando le quitas el sonido.
Hay una parada. Se sube un amigo de B. (lo llamaremos C)
- C: ¿Que pasa Antonio? ¿Y esa cara?
- B : Nada...esta “tia” que me está diciendo burradas.


Lo que acaba de pasar en tu cabeza se denomina “cortocircuito mental”. Te ibas imaginando la situación en tu cabeza pero nunca de este modo hasta que una simple palabra en femenino hace que todo lo visualizado no sirva para nada y en un segundo tu cabeza recree toda la escena de nuevo.