sábado, 12 de mayo de 2012

Capitulo uno.


RELATO CORTO

Capitulo uno. Ella.


Se sentía bien cuando lo veía, le proporcionaba una falsa sensación de seguridad como el que tiene en la cuenta bancaria un buen numero de ceros. Le gustaba revisarlo, ordenarlo, guardar y tirar cosas de él. Se encontraba mucho más a gusto que con muchas de sus amigas. Y ahí estaba Lucia, contemplando su armario con un pequeño esbozo de sonrisa mientras decida que ropa se pondría hoy para ir a comprar más, que zapatos se pondría para ir a comprar otros y que complementos le conjugaban para ir a por mas. Muchas veces lo utilizaba como el yonki usa una aguja, simplemente era un pequeño chute de felicidad transitoria que sabía que pasaría al día siguiente pero que era incapaz de evitar. Ni mucho menos veía algo malo en eso, todo lo contario, sentía que tenía todo el derecho del mundo a estar perfecta y a gastar lo que tuviera que gastar para estar “divina de la muerte”. En los momentos que peor lo pasaba mas utilizaba estaba válvula de escape. Cuando sus padres se separaron fue una época de muchas compras compulsivas y cuando aprendió a sacar partido a ese divorcio mucho mas. Los padres optaron por la solución de dar dinero para que veas que te quiero más que el otro. Ella los quería a las dos, a las dos carteras. El dinero puede tener muchas procedencias pero siempre tiene el mismo color. 

Su móvil sonó:
    -  Hola Patri, ¿cómo estás?.
    -  Estupenda. No sé que ponerme... ¿tú qué vas a llevar?.
    -  Ay, pues no se tía. Estoy igual que tú. Necesito comprar urgentemente ropa, no tengo nada. ¿Dónde quedamos?.
    -  En la puerta del centro comercial a las cuatro en punto ¿no?.
    -  Es verdad, lo había olvidado. Vale, no llegues tarde que te conozco.
    -  (risas). Si yo también te conozco a ti. Bueno cariño, hasta después. Un besito.

Tenía diferentes amigas para diferentes momentos. Patricia era la amiga del área de compras/fiestas. Era suficientemente guapa y tenia buen gusto. Y  eso es lo que le gustaba a Lucia, que fuera lo “suficientemente” atractiva pero sin llegar a sobrepasarla. No soportaba que un chico le entrara a alguna chica del grupo sin haberlo intentado primero con ella. 

El día anterior había hecho el tour del dinero. Un ruta guiada por los trabajos de sus padres. Cuando quería pedir dinero nunca iba a las casas, prefería ir a sus trabajos. Era mucho más fácil sacarles dinero en medio del ajetreo del trabajo. Abrir la cartera, sacar billetes y decirle que ahora estaban muy ocupado y que no podía atenderla. Era perfecto, obtenía dinero y encima hacia que se sintieran culpables por no poder dedicarle tiempo con lo que siempre acababa con mucho más dinero en sus manos. 

Los buenos colegios le dieron una buena educación aunque todavía no había encontrado ilusión por nada en especial. Ahora estaba en su año sabático a la espera de descubrir su verdadera vocación y de vivir un poco. Les había prometido a sus padres que después de ese año aceptaría cualquier enchufe bien pagado.

(continuara...)

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