RELATO CORTO
Capitulo uno. Ella.
Se sentía bien cuando lo veía, le proporcionaba una falsa
sensación de seguridad como el que tiene en la cuenta bancaria un buen numero
de ceros. Le gustaba revisarlo, ordenarlo, guardar y tirar cosas de él. Se
encontraba mucho más a gusto que con muchas de sus amigas. Y ahí estaba Lucia, contemplando
su armario con un pequeño esbozo de sonrisa mientras decida que ropa se pondría
hoy para ir a comprar más, que zapatos se pondría para ir a comprar otros y que
complementos le conjugaban para ir a por mas. Muchas veces lo utilizaba como el
yonki usa una aguja, simplemente era un pequeño chute de felicidad transitoria
que sabía que pasaría al día siguiente pero que era incapaz de evitar. Ni mucho
menos veía algo malo en eso, todo lo contario, sentía que tenía todo el derecho
del mundo a estar perfecta y a gastar lo que tuviera que gastar para estar
“divina de la muerte”. En los momentos que peor lo pasaba mas utilizaba estaba
válvula de escape. Cuando sus padres se separaron fue una época de muchas
compras compulsivas y cuando aprendió a sacar partido a ese divorcio mucho mas.
Los padres optaron por la solución de dar dinero para que veas que te quiero más
que el otro. Ella los quería a las dos, a las dos carteras. El dinero puede
tener muchas procedencias pero siempre tiene el mismo color.
Su móvil sonó:
- Hola Patri, ¿cómo estás?.
- Estupenda. No sé que ponerme... ¿tú qué vas a llevar?.
- Ay, pues no se tía. Estoy igual que tú. Necesito comprar urgentemente ropa, no tengo nada. ¿Dónde quedamos?.
- En la puerta del centro comercial a las cuatro en punto ¿no?.
- Es verdad, lo había olvidado. Vale, no llegues tarde que te conozco.
- (risas). Si yo también te conozco a ti. Bueno cariño, hasta después. Un besito.
- Estupenda. No sé que ponerme... ¿tú qué vas a llevar?.
- Ay, pues no se tía. Estoy igual que tú. Necesito comprar urgentemente ropa, no tengo nada. ¿Dónde quedamos?.
- En la puerta del centro comercial a las cuatro en punto ¿no?.
- Es verdad, lo había olvidado. Vale, no llegues tarde que te conozco.
- (risas). Si yo también te conozco a ti. Bueno cariño, hasta después. Un besito.
Tenía diferentes amigas para diferentes momentos. Patricia
era la amiga del área de compras/fiestas. Era suficientemente guapa y tenia
buen gusto. Y eso es lo que le gustaba a
Lucia, que fuera lo “suficientemente” atractiva pero sin llegar a sobrepasarla.
No soportaba que un chico le entrara a alguna chica del grupo sin haberlo
intentado primero con ella.
El día anterior había hecho el tour del dinero. Un ruta
guiada por los trabajos de sus padres. Cuando quería pedir dinero nunca iba a las
casas, prefería ir a sus trabajos. Era mucho más fácil sacarles dinero en medio
del ajetreo del trabajo. Abrir la cartera, sacar billetes y decirle que ahora
estaban muy ocupado y que no podía atenderla. Era perfecto, obtenía dinero y
encima hacia que se sintieran culpables por no poder dedicarle tiempo con lo
que siempre acababa con mucho más dinero en sus manos.
Los buenos colegios le dieron una buena educación aunque
todavía no había encontrado ilusión por nada en especial. Ahora estaba en su
año sabático a la espera de descubrir su verdadera vocación y de vivir un poco.
Les había prometido a sus padres que después de ese año aceptaría cualquier
enchufe bien pagado.
(continuara...)
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