domingo, 23 de noviembre de 2014

Sentirte vivo

Para sentirme vivo he tenido que meterme en el club de la lucha. Recibir golpes y darlos. He robado delante de la policía para que me persigan. Me he drogado buscando el gran viaje. Adrenalina. Me he subido a la cornisa de un edificio y me mirado hacia abajo. He acelerado como estuviera pegado el acelerador al suelo. Me he bañado en pelotas en agua helada. En definitiva, he estado intentando demostrar que no estoy muerto y saber si realmente estoy vivo porque en ocasiones de verdad que lo dudo. Me peso todos los días para saber si he perdido 21 gramos. Y si a veces es difícil diferenciar lo vivido en un sueño de la realidad, quien me dice que lo que estoy escribiendo no pertenece a un sueño en plena fase REM.

Seguro que todo esto solo sea una gilipolles. Seguro que estoy vivo, seguro. Aunque esto suena un poco a psicofonía...

domingo, 19 de octubre de 2014

Proyectos de personas



No recuerdo de que película se trataba pero sí recuerdo perfectamente la escena. El escenario era un pequeño parque infantil al aire libre de estos que están en la calle compuestos por tobogán, columpios... Había un niño de pie jugando con un juguete que sostenía en la mano, otro niño a unos metros sentado en el suelo haciendo lo mismo que el primero y dos personas adultas sentadas en un banco que apuntaba al parque. 

El niño que jugaba en el suelo miró al que estaba de pie. Se levantó. Se acerco. Le intentó coger su juguete. El niño se sorprendió y lo apretó con fuerza. El otro niño le pegó y pudo quitárselo finalmente. 

En ese momento uno de los adultos le dijo al otro: “En este momento se decidirá  que tipo de persona será ese niño el resto de su vida”.

Al niño le habían robado su juguete, su tesoro por lo menos en ese instante y empezó a llorar.  Giraba su cabeza seguramente buscando a madre pidiendo desesperadamente ayuda. Al cabo de unos segundo, al ver que su madre no aparecía, paró de llorar. Fue directamente al otro niño, lo golpeo en la cabeza y se llevo su juguete.  

Ahora el otro niño era el que lloraba mientras el otro había recuperado su juguete y había determinado que tipo de persona seria el resto de su vida.

En aquel momento había dos clases de niños, dos clases de personas y eligió una de ellas. Yo sé perfectamente que tipo de niño hubiera sido. ¿Y tú?, ¿qué tipo de niño/a grande eres?.

lunes, 11 de agosto de 2014

Inyector de sueños

No quiero seguir recibiendo esa clase de mensajes subliminales camuflados en toda esa  publicidad que me relaciona su producto con un momento de libertad, con un momento de realización personal y felicidad. Quiero “desleer” esos libros que me han hablado de realizar tus aspiraciones personales sin importar nada más. Dejarlo todo y encaminarte en tu viaje personal. Quiero no haber visto todas esas películas que me han susurrado al cerebro que si pasa tu vida y no has hecho esas cosas, con el tiempo te preguntaras: “y si…” y esas dos palabras te rebotarán en la cabeza a lo largo de tu existencia hasta que exploten y esparzan tus ilusiones perdidas y frustración por el suelo. No quiero tener que convertirme en alguien con talento, popularidad y éxito. Quiero creer en la mediocridad, en el conformismo y en que se puede ser feliz con poco.

Quiero que mañana el sol salga por el oeste.

martes, 5 de agosto de 2014

Running old men


Desde que lo vi lo supe. Esa ropa, esas zapatillas, esa cara… no podía ocultarlo.
Pondré al lector en contexto. Estaba en una zona donde la gente se dedica a correr (o como ahora se conoce: running). Ahora la gente va con ropa sofisticadisima: mallas de compresión que facilitan la circulación de la sangre, camisetas transpirables que mantienen la piel seca o zapatillas con amortiguación de gel ultra ligeras. Pero nuestro “new runner” no tenía ninguna de estas prendas. En lugar de esas zapatillas de nueva generación llevaba unas zapatillas blancas que aparentaban ser de lo más duras y que seguramente solo utilizaba cuando bajaba los domingos a comprar el  pan. En lugar de las mallas tenía unos pantalones cortos probablemente de la época de naranjito. Y en lugar de una camisa transpirable llevaba una camiseta blanca sin marca que le quedaba un poco grande y que probablemente utilizaba para dormir.
Con esta indumentaria me daba a entender que era nuevo en esto del correr. Diría que estaba a mediados de sus cuarenta. Su cara, que mezclaba a partes iguales cansancio y depresión me informaba que aguantaba el cansancio porque quería estar en forma y modelar ese cuerpo que había abandonado desde muy temprano en su vida porque desde que se casó y tuvo hijos no tuvo tiempo ni sobretodo motivación para cuidarlo, y que la depresión la aguantaba porque no le quedaba otra.

Hacía poco que su había sufrido un divorcio donde se quedó con más bien poco. Casi que solo él. Y al ver lo poco que tenia reflejado en el  espejo lo está intentando mejorar a marchas forzadas.

Lo miré. Calculé cuantos años me quedaban para llegar a su edad y aumenté el ritmo de carrera.

sábado, 17 de mayo de 2014

Mi media naranja

Eso eso. Ponte esas gafas tan grandes de sol que te tapan tanto la cara. No quiero saber de qué color tienes los ojos y de qué forma. Usa todo el maquillaje que puedas: base, colorete, rimel, correctores… No quiero observar lo guapa o fea que debes ser. Usa ropa ancha. Algo que te quede holgado y no insinue el cuerpo que tienes. Mejor no me hables. Quédate callada y simplemente sonríe si quieres. No quiero que desveles lo lista o tonta que eres. Lo interesante o cabeza hueca que seas. Mejor no enciendas a la luz. Eso eso. Es mejor que solo seas imaginación producida por mi mente.
Eso eso. Ahora si. Ahora si que eres mi media naranja. ¿Quieres casarte conmigo?.

domingo, 11 de mayo de 2014

Miedo a las alturas

Miedo a las alturas. Miedo a la crisis de los treinta, la crisis de las cuarenta y cincuenta. Miedo al día que te despiertes con 75 años, te duela todo al levantarte de la cama y ver un puñado de pastillas en la mesilla de noche. Miedo a pasar por mil fases. Miedo a pasar esas mil fases en un solo día y no poder hacer nada. Miedo a las alturas de la vida. Vértigo. Miedo a no poder vivir a ras de suelo para no tener que mirar hacia abajo y solo mirar hacia arriba. Miedo a no tener brújula para poder guiarte y no poder usar las estrellas porque el cielo sigue nublado. Miedo a seguir cumpliendo años y no encontrar el botón para poder parar. Miedo a no poder congelar los buenos momentos y a la obsesión por buscarlos. Miedo sin más. Miedo a la vida. Miedo con más.

domingo, 13 de abril de 2014

Viajes estelares

Mañana comienza tu viaje. Vas a salir de este planeta en busca de alguna nueva civilización. Sabes que no hay hueco para mí y que no puedo ir pero si llegas a encontrar alguna dile que saliste de la tierra en el dos mil catorce después de Cristo. No hace falta que les expliques quien es Cristo. No creo que una civilización avanzada realmente entienda lo que es la religión. Diles que vivimos en el planeta azul que cada vez es más gris. Que nos agrupamos en parejas y aunque haya tantos hombres como mujeres existe la soledad. Que hay océanos, montañas, monumentos... paisajes increíbles que todo ser humano debería ver antes de morir pero que estamos tan preocupados en estudiar, trabajar y ganar dinero que lo pasamos por alto.
Que vivimos en una crisis. Mas una crisis humana que económica. Que nos produce mas ansiedad que nuestro smartphone se quede sin batería todo un día, a que un amigo pierda su trabajo. Que seguimos agrupándonos por raza, credo, nivel económico y social. Que lo diferente nos produce un no sé que por no llamarlo rechazo y que ya no sentimos nada al ver a alguien tirado en la calle.
Intenta explicarlo todo lo que puedas. Cuéntales también las cosas buenas aunque ahora no me salgan muchas. Pero sobre todo, lo más importante... diles que me vengan a recoger.

sábado, 29 de marzo de 2014

Huelga

“Ya no aguantamos mas, vamos a la huelga”. Las amigas feas de todos los grupos de amigas se han puesto en huelga. Están hasta la coronilla, dicen las mas educadas. Están hasta el coño, dicen las mas ordinarias. Cansadas de ser siempre el quinto plato. Cansadas de sentirse menos que nadie. No soportan mas enamorarse de ese chico tan guapo y que siempre se fije en las guapas del grupo. O peor aún, que se acerquen a ellas con la única intensión de contactar las amigas “top”.

Las guapas tampoco están muy preocupadas. Dicen que saben que las critican a escondidas. Que esas miradas de celos y envidia no se pueden ocultar. Que es incomodo tener que decir: “Ese pantalón te queda bien”, cuando por dentro piensan: “No te pruebes mas ropa porque toda te quedará igual de mal”.

Así que hoy se rompen las relaciones entre guapas y feas. Hoy cada una irá por su lado. Las guapas por una acera y las feas por otro. Se borraran del Facebook eliminando las fotos en las que salen juntas y hacen que al comparar la realidad se haga más obvia. Se bloquearan en el Whatsapp.

Las feas ya no tendrán que poner sonrisas de envidas ni las guapas volverán a verse obligadas a ser condescendientes. Las guapas secundan la huelga.

domingo, 2 de marzo de 2014

Tragaperras

Escena final.

La cámara se desliza lentamente. Penetra en la cafetería. Se para en la entrada. Camareros y clientes se van cruzando dejando ver al fondo a nuestro protagonista. Esta sentado en la barra sujetando una cerveza ya vacía con la mano derecha y la mirada sin alma atenta al suelo. Uno de los camareros le devuelve el cambio. Una moneda de veinte centimos. Poco dinero y es lo único que le queda en la cartera. No tiene dinero para coger ese tren que le puede cambiar la vida y ya lo ha asumido y a su vez lo ha sumido en la tristeza. Al girar la cabeza ve una máquina tragaperras. Mira su moneda que sujeta con los dedos índice y pulgar y de nuevo ojea la tragaperras. Brillo en su mirada. Esperanza.

Camina hasta la maquina e introduce parte de la moneda hacienda una parada de unos segundos antes de soltarla, lo cual aumenta la carga dramática. Golpea el pulsador. Los tambores giran. Siete rojo, siete rojo... Si sale otro siete rojo mas ganará 80 euros. Suficientes para el tren. Campana. Veinte sentimos menos.

El protagonista apoyado con ambos brazos en la tragaperras mira a la cámara y dice: “La historia de mi vida”.


Fin de la película.

sábado, 8 de febrero de 2014

Respuestas

Tengo las yemas de los dedos frías. Frías porque no llega la sangre al tener la mano levantada por encima de la cabeza. Brazo alzado como en el colegio esperando a que alguien me de la posibilidad de que formule mis preguntas y sean respondidas. Respóndeme de una puta vez y déjame bajar la mano porque ya no la siento. Se ha convertido en un miembro fantasma que daría por perdido si no fuera porque la veo. Quiero respuestas y no preguntas. Querido palabras y frases que se convienen formado algo que se pueda vender. Quiero verdades absolutas y me conformaría con mentiras a medias. Tirar las dudas a la basura y ni si quiera preguntarme a que contenedor deberían enviarse. Quiero respuestas.

domingo, 2 de febrero de 2014

Girl

- Eres un tío.
- Ya. Creo que es obvio.
- Y aunque seas uno de ellos te diré que creo que no hay hombre de verdad.
- ¿Otra pelea con Alberto?.
- No fue ninguna pelea pero ya no estamos juntos...
- ¿Y eso?
- Joder Luis, necesito otra cosa. ¿Necesito encontrar a un hombre de verdad. Será verdad eso que dicen que todos los hombres que valen la pena están casados o son gays?
- A lo mejor es que eres muy exigente.
- Joder no. Lo que necesito es un hombre que me entienda. Que sepa escuchar. Que cuando juegue el Madrid no me deje de lado. Que me acompañe de tiendas y no ponga esa cara nada más llegar al centro comercial. Que le guste ver películas románticas. Que no quiera sexo cada dos por tres. Que no me pregunte que si tengo la regla cada vez que discutimos. !Joder!. Lo que necesito es alguien que no le de vergüenza hablar de sus sentimientos. Que sea sensible y que no pase de todo. ¡Mierda!, Lo que necesito...
- Lo que necesitas es una mujer.
- ...

domingo, 19 de enero de 2014

Exhibicionistas

Según no sé qué datos estadísticos sacados de no sé muy bien de donde, se ha incrementados exponencialmente el numero de exhibicionistas en nuestro país. Miles de miles de personas han contraído ese “síndrome”, “enfermedad” o como quieras llamarlo. La definición que podemos encontrar en la Wikipedia: es la inclinación de un individuo a exponerse en público de forma espontánea y excesiva. Después de leer la descripción tu mismo dirás: “Está claro que yo no soy uno de esos. No encajo para nada en esa definición”.

Los exhibicionistas del nuestra época no van con una gabardina y al ver a alguien por la calle les muestra su cuerpo desnudo y posteriormente salen corriendo. Los exhibicionistas de este siglo se exponen de otro manera. De una manera  aceptada por todos. Nos exhibimos en nuestro perfil de Whatsapp cambiando nuestra foto de perfil cada poco. Nos mostramos a todos en nuestro Facebook poniendo mil y una foto. Mostramos nuestra opinión en Twitter, en nuestro blog, en nuestra frase de perfil de Whatsapp.  Somos adictos a que nos vean, a que se enteren como somos por fuera y por dentro. Queremos que todo el mundo vea que sexy me queda este ultimo vestido. Lo bien que me ha sentado el gimnasio, lo sexy que quedan los labios con ese carmín. Mostrar al mundo nuestro último “selfie”. Queremos compartir nuestra intimidad aunque creo que la intimidad compartida ya no se considera intimidad.

Nos hemos convertido en los pervertidos que antes llamábamos exhibicionistas.

domingo, 12 de enero de 2014

Retrovisor

Vaya pantalla de cine tengo en el retrovisor de mi coche. Simplemente hay que dejar de mirar y empezar a observar.

Una chica grita a su novio para que a su vez grite a ese “gilipollas” que se acaba de cruzar delante de ellos, como queriendo que su novio comparta su eterno cabreo para no sentirse tan sola y aburrida.
Un ejecutivo agresivo acelera su BMW “emetres” mientras intenta expulsar su estrés por el tubo de escape.
Chicas maquillándose pensando: “Antes muerta que sencilla”, y puede que así logren lo primero.
Cantante frustrada se desmelena ante su gran publico automovilístico.
Padre hasta los mismísimos manda a callar y que estén quietos a los diablos que tiene por hijos. Otro, en cambio, ha encontrado la solución y tiene puesto un DVD, “Que se entretengan con cualquier cosa pero que a mí no me toquen los cojones”. Lo malo es que esta frase la prolongan hasta la fase adulta de sus prole.
Conductores tristes. Copilotos alegres. Parejas con silencios incómodos mientras ambos miran por sus ventanillas correspondientes mientras esperando que la luz verde les salve. Conductores alegres. Copilotos tristes. Parejas que se sonríen tímidamente indicando que todavía hay amor en la recamara.
Un capullo que no para de mirarme con cara de subnor..... JODER ESE SOY YO.