domingo, 28 de octubre de 2012

Tráfico de información


 Y si eres capaz de describir en palabras un Domingo por la tarde yo haré lo mismo con los Viernes, o mejor, te cambio cien mentiras por una verdad porque ahora las verdades cotizan al alza y quiero especular y especular hasta que explote la burbuja y nos llene de jabón que utilizaremos para escapar de los grilletes. Tu preséntame un informe explicándome porque se trabaja ocho horas al día y no cuatro y yo te enviaré otro explicándote porque no te has atrevido a realizar ese sueño que lleva tiempo en la mente donde solo pondrá: “Nada ni nadie te lo impide”. Vamos, solo quiero información porque en mi cabeza se está jugando un partido entre preguntas  y respuestas y por ahora las preguntas golean aunque juegan fuera de casa. Si tú me dices tú secreto yo te cuento el mío y así practicamos como mentir a la cara sin pestañear.  Puede que esto nos sirva para jugar una partida al poker de la vida pedir un ALL-IN sabiendo que no llevo nada. Quién sabe si saldrá bien.

lunes, 15 de octubre de 2012

Claqueta



Escena número 1. Interior. Casa de Susana.

Él se levanta de la cama sin que ella pueda advertirlo. La música comienza a sonar de fondo incrementando el volumen en el tiempo.
Ya puesto en pie, mira su inocentemente rostro dormido. Primer plano de su cara. Por un momento parece que se va a arrepentir y que va a volver a meterse en la cama, que daría marcha a atrás a ese plan pero algo le hace seguir. Se termina de levantar.

Se viste. Recoge una maleta ya hecha de debajo de cama y se dirige a la puerta principal. Al accionar el fechillo de la puerta oye su nombre. Susana se muestra en pijama en un plano general de la entrada de la casa. Él se gira. Los dos se miran sin decir nada dejando que hablaran sus miradas y expresando su deseo que se quedara sus lágrimas. Él serio, ella triste. Los dos saben el porqué. Los dos sabían que no había vuelta atrás. Ella sabía que él no lo hacía por su voluntad y él sabía que la haría muchísimo daño y eso le mataba en vida.

Marcos sale de la casa cerrando la puerta, dejando un  sonido tan triste que de ahí en adelante, cada vez que cerrara la puerta de su propia casa, recordaría ese momento.

Escena número 2. Llueve. Interior de un taxi.

Primer plano de la primera lagrima de marcos. El ultimo parpadeo que hace que brote la lagrima que va recorriendo la cara hasta que se pierde en el plano.
El taxista pregunta cuál era el destino. El simplemente le dice que arranque.

Escena número 3. Tres meses antes.