viernes, 21 de septiembre de 2012

Tiempo


La situación parecía conocida, una jornada más de trabajo. El horario también era conocido: de ocho a cuatro. Es decir, un día mas de trabajo. Pero pasó algo muy pero que muy raro casi al final de la jornada. Empezaré por el comienzo para poder llegar al final de la historia.

Me levanto con mas sueño de lo normal. El despertador sonó varias veces antes de apagarlo, las suficientes para que no me diera tiempo de tomarme un café antes de salir de casa ni antes de entrar al trabajo en alguna cafetería de camino. Sueño, mucho sueño. Comienza el día y las horas avanzan lentamente hasta las 10:30, hora del desayuno que tengo que interrumpir por una incidencia inesperada que me obliga a quedarme en mi puesto de trabajo. El día sigue y el reloj sigue a lo suyo, sumando hora tras hora y yo a lo mío, siguiendo de cerca el cálculo de ese reloj.
- ¿Qué hora es?
- 14:22.
-¿Qué hora es?
- 14:25.

Parece que no tiene pilas ese reloj que no para de mirarme. Vuelvo a preguntar y me responde con la misma hora: 14:25. Vaya..., pienso. Después de un tiempo prudencial vuelvo a preguntar:
-14:24.
- !!¿Qué?!!, no me jodas!!!.

Cierro los ojos un rato, me levanto y voy a beber agua y al baño. Al volver vuelvo a preguntar: - 14:20.
Era como estar en un pesadilla. El reloj caminaba hacia atrás y ninguno de mis compañeros se había dado cuenta. Era la jodida pesadilla de cualquier trabajador: que el tiempo fuera hacia atrás.
- ¿Qué hora es?,
- 10:30.

Abrí los ojos y fui a desayunar.


domingo, 16 de septiembre de 2012

Desagüe





Lucia llegó a su casa después de un día realmente duro. - Vaya día de mierda, decía una y otra vez. Tiró en bolso en el suelo al cerrar la puerta. Se fue desnudando por toda la casa dejando una prenda en cada estancia. Desde el pasillo, su habitación, la cocina y finalmente entró en el cuarto de baño. –Necesito una ducha. Y así lo hizo. –Vaya mierda, vaya mierda. No paraba de repetirlo, no paraba de pensar, no paraba de imaginarse que mañana podría ser un día exactamente igual y que tendría que soportarlo. Abrió el agua fría y caliente hasta regular la temperatura. Al agua fluía pero no era capaz de llevarse toda esa mierda de su cuerpo. La mierda estaba dentro y no fuera, mas en su mente que en su piel. Fue añadiendo agua cada vez más caliente. Le gustaba que le quemara un poco, no pensaba en ese momento, solo se concentraba en el. Aumentó un poco más la temperatura. Le quemaba, pero seguía. Seguía aumentando. La piel comenzó a derretirse. Seguía aumentado. El musculo se comenzaba a ver y seguía subiendo el termómetro. Más caliente. Todo iba evacuándose por el sumidero. La piel los pelos y ahora los músculos. Ya solo era un puñado de huesos que seguían aumentando la temperatura  hasta que todo su cuerpo se evaporó y se coló por el desagüe. Antes de irse por completo cerró la llave. 
Nunca le había gustado malgastar el agua.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Mujer Fatal


      -    No te imaginas lo que me pasó ayer...
-    Cuenta, cuenta, no te hagas el interesante.
-    ¿Recuerdas a María?, mi vecina, la que vive en el tercero D
-    Como no voy a recordarla. Hasta a mi me dejó obsesionado cuando la vi.
-    Pues... joder es que lo que te voy a contar parece sacado de una pelicula. Ayer por la noche, al regresar de tomar unas cañas me la tropiezo saliendo del edificio, a eso de la una de la mañana. Vestida de fiesta. Con un vestido apretado i-m-p-r-e-c-i-o-n-a-n-t-e.
-    Vaya. Pero si siempre me habías dicho que no le gustaba salir.
-    Exacto. La  he invitado mil veces a tomar algo una noche pero siempre me ponía la escusa de que no le gustaba salir.
-    Bueno... podría haber quedado con algún novio.
-    No tiene novio.
-    Alguno proyecto de novio.
-    Lo pensé pero no sé porque lo hice pero la seguí.
-    No me jodas. Estas enfermo.
-    Yo la vi al salir del portal pero ella no me vio porque todavía me faltaban unos metros. Me escondí de tras de una columna y dejé que pasara. Y la seguí. ¿No te lo vas creer?
-    Joder, cuenta, cuenta.
-    Bueno pues cogió su coche que estaba aparcado en la calle paralela y la seguí en mi moto. Me imaginaba que la seguiría hasta algún edificio donde la esperaría cualquier hijo de puta que le haría mil cosas esa noche, pero no fue así. Llegamos hasta esa calle.
-    ¿Cómo que es calle?.
-    ¡La calle de las putas!
-    ¡¿Pero que me estas contando?!. Bueno, también hay gente que vive en esa calle.
-    Vi que entró en una casa después de tocar la puerta. No conocía esa casa pero después de observarla unos minutos no me cabía duda que era un burdel. No paraban de entrar y salir hombres.
-    No me digas que entraste Luis...
-    ¿Qué iba a hacer?. Tenía que comprobar que una chica aparentemente perfecta, guapa, simpática, con una cara de niña de no romper un plato y de tan buena familia a la que conozco personalmente era una puta. Y toque la puerta. Y me abrió la “madam” o la jefa de las putas como mas te guste. Y me pregunto quería ir con una chica en concreto o si quería ver las disponibles. Le dije que quería ir con María. Y después de sonreírme y decirme que tenia buen gusto me dijo que esperara unos minutos y después de esperar unos minutos me dijo que pasara a la habitación del fondo.
Entro y mientras ella me decía que me pusiera cómodo sin verme aun, me puse muy nervioso. Era su voz. Estaba claro que era ella y no sabía qué coño hacer ahora.
-    Ay mi madre!!!
-    Eso mismo dije cuando la vi vestida con esa lencería fina.
-    Ay mi madre!!!!!
-    Eso mismo dijo ella cuando vio que era yo.
-    Ay mi madre!!!!!!!
-    Que hacía yo allí, me preguntó mientras yo seguía anestesiado con su belleza. En ese momento salí corriendo no sé muy bien porqué.
-    ¡¿Qué?!.
-    Como lo oyes.
-    ¿Y la has visto?
-    Si, esta tarde. Me la crucé en el ascensor.
-    Joder que incomodo.
-    Me bajo los pantalones y me hizo una felación.
-    ¿Qué?!!!!
-    Así como lo oyes. Cuando acabo me miró y me dice: “Espero que te haya gustado y que tu novia esté bien”. Y se fue.
-    TOMA!!!!
-    Y con ese extraño pacto salió del ascensor mientras yo seguía en trance.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Yo mismo


- Muchas veces al mirarme en el espejo me genera una extraña sensación. Una sensación de no saber muy bien que es ese tipo me mira fijamente y que nunca es el mismo. Se supone que el tipo del reflejo es la persona que mas conozco pero en realidad me parece que es un gran desconocido. Veo sus fallos, sus miedos, sus angustias y no sé porque las tiene ni cómo solucionarlas. El no aparta la mirada ni yo tampoco.
- Joder... me preocupas. ¿De qué coño estás hablando?.
- ¿Nunca te ha pasado?. ¿No saber quién eres?.
- Algún fin de semana de borrachera pero por la mañana se me pasa. Eres el tipo más raro que conozco. La verdad es que no sé porque soy tu amigo. Es mas... creo que no deberíamos hablarnos más.
- Pues ahí tienes la puerta. Llevo muchos años aguantándote y estoy hasta los cojones.
- Ah sí?. Yo soy el que está harto de ti. No paras de contarme locuras. Estas jodidamente loco ¿sabes?. Tienes que ir a un psicólogo. Adiós.

Marta entra en la habitación.

- ¿Hola?... Pensé que estabas hablando con el móvil o que había alguien en la habitación.
- No, estoy yo solo.