lunes, 2 de enero de 2012
El perfume.
En estas fechas navideñas nos invaden los inexplicables anuncios de perfumes. Me pregunto que grado de locura hay que tener para ser guionista de este tipo de publicidad.
Los pocos segundos que duran no puede ser algo normal, una persona famosa mirando a cámara y diciendo lo bueno que es el producto, no. Para estos casos, cuanto mas “sin sentido” mejor. Una fantasía mezclada con un sueño y algo de tontería. Anuncios un poco estúpidos, si lo se, pero a quien no le gustaría vivir perpetuamente en uno de esos spots. Aparecer en una fiesta siendo el puto amo, salir en blanco y negro con esa chica impresionante, realizar situaciones sin sentido con una sonrisa en la boca y tener la cabeza hueca de preocupaciones. Hacer una postura imposible de yoga extremo, poner cara de interesante y susurrar el nombre de el perfume mientras tu, sin saber muy bien porque piensas: lo quiero.
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