domingo, 12 de octubre de 2008

BENDITA IGNORANCIA

La curiosidad nos juega malas pasadas. Todavía recuerdo la primera vez que me sentí idiota al pensar demasiado (o demasiado poco).

Me encontraba felizmente en mis primeros tiempos de navegación internauta. Visitando paginas sin fijarme demasiado en ninguna, ojeando simplemente. Hasta que desde un link de no se donde, vi “la pagina”. Una pagina totalmente en blanco con una sola ventana en la que rezaba: “Por ningún motivo pulses F5”. En ese momento mi mente paso a modo alerta. Después de ver periódicos online o revistas virtuales lo único que logró activar mi mente fue una ventana con algo que no podía hacer. Me sentí tan atraído como una ama de casa a un producto del supermercado que regala un taper.
En ese instante podía pasar cualquier cosa a mi alrededor que seguramente no me enteraría. Podría entrar la niña del exorcista caminando boca abajo y vomitarme ese liquido verde en los pies que en mi mente solo había una dos caracteres F – 5 y una voz que se repetía: pulsa esa tecla.
Solo un clic me separaba de mi inocencia interrumpida .Después de mucho pensar que hacer, te ves revocado a apretar esa tecla. Y claro, perdí la inocencia.

En otra ocasión me recomendaron apretar Alt-F4 desde un programa de chat para que mi conexión fuera mas rápida. Si vale¡, abrí otra ves el programa de chat, pero me daba igual, ya había perdido la inocencia.

Cuanto mas inteligente es la gente, mas información hay en su cabeza, mas cosas de las que preocuparse, mas estrés, menos tranquilidad, menos calidad de vida.
Nunca seremos tan felices como uno bobo feliz con un dedo metido en la nariz y jugando con un yoyo sin cuerda. Por lo tanto, hay que abogar con una sana ignorancia. Ser una especie de Peter Griffin. Una inteligencia justa para no tener curiosidad en el mundo que nos rodea y llegar ha descubrir que no vivimos en el campo verde de los teletabis y seguir siendo “inocentes” pero felices.

No hay comentarios: